El sol brilla con fuerza en la capital del Xaxado. En el interior de Pernambuco, en Serra Talhada, el astro rey, que alguna vez simbolizó tiempos difíciles, hoy también simboliza la esperanza y la oportunidad para una nueva forma de desarrollo.
Sus más de 80 mil habitantes y 25 mil visitantes diarios son testigos del potencial de la ciudad, que se ha ido posicionando como un centro de referencia en salud, educación, comercio y servicios. Y las condiciones climáticas refuerzan este potencial al brindar la posibilidad de convertir la potente incidencia solar en energía.
Hay dos ramas principales que se benefician de las características climáticas del sertão: energía eólica y energía solar. Pero, aunque el sol es un recurso abundante, todavía se explora poco. Un escenario que da sus primeros pasos hacia el cambio.
La visión a largo plazo del municipio de Serra Talhada es convertirse en un referente de energía sostenible, limpia, segura, accesible y resiliente a los efectos del cambio climático que pueda ocurrir. Y así, capaz de brindar mayor calidad de vida a sus habitantes.
El primer paso para hacer realidad dichas expectativas fue la adhesión al Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía en el 2018, la mayor alianza mundial de ciudades y gobiernos locales comprometidos voluntariamente en la lucha contra el cambio climático. En 2020, avanzando en el compromiso asumido, el municipio elaboró su inventario de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), un paso importante en la construcción de acciones y políticas para enfrentar el cambio climático.
A partir de 2018, el municipio adoptó una serie de pasos para contribuir a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero a través de mecanismos de eficiencia energética, de reducción de impactos ambientales, de fomento de la cadena productiva y de la educación ambiental para fomentar el uso de fuentes de energía renovables.
Dichas iniciativas buscan ahorrar recursos combinados con sostenibilidad. La Asociación Brasileña de Municipios (ABM) estima que los gastos con el alumbrado público corresponden entre el 3 % y el 6% del presupuesto municipal, y de este total, el mayor gasto lo generan las instalaciones en áreas públicas: calles, avenidas y plazas.
El proceso de sustitución de lámparas incandescentes o fluorescentes de mercurio por lámparas LED fue el punto de partida y debería extenderse hasta la sustitución de toda la red pública. La alternativa es eficaz en el ahorro de energía, tiene una mayor seguridad para la población y también ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO ²). En la lista de beneficios, este proceso también promueve la generación de nuevos puestos de trabajo. Estos avances fueron diseñados e implementados a través de un trabajo intersectorial que involucró a gerentes y técnicos de los departamentos de Servicios Públicos, Planificación y el Poder Ejecutivo.
Lograr que los edificios públicos sean más eficientes también forma parte de la lista de acciones y comenzó a realizarse a partir del traslado del centro administrativo por un edificio con una arquitectura más eficiente en términos energéticos . Ahora, 11 departamentos municipales disfrutan de un espacio donde existe mayor circulación natural del viento, lo que lleva a reducir los costos de enfriamiento y aumenta la incidencia de luz natural, reduciendo los costos con la iluminación. Además, estos organismos se concentran en un único espacio, generando un ahorro anual del alquiler de 180 mil reales.
Además de estas iniciativas promovidas por la alcaldía, otras acciones contribuyen a disminuir el impacto del cambio climático. Por ejemplo, el Plan Municipal de Arborización Urbana, desarrollado en alianza con la Universidad Federal Rural de Pernambuco y la Fiscalía del Estado y lanzado en 2019. Es el primero en el noreste del país en adoptar el uso exclusivo de especies nativas del bioma Caatinga para la forestación urbana.