La Academia de Planificación de la Acción Climática cierra con más de 1.600 participantes
La Academia de Planificación de la Acción Climática del Pacto Global de Alcaldes para el Clima y la Energía (GCoM) es una iniciativa de formación para ciudades de América Latina que comenzó en noviembre de 2023, organizada en colaboración con ICLEI América del Sur y financiada por la Unión Europea. Concluida en abril de 2024, la Academia contó con la participación de 1.691 personas, 268 de las cuales obtuvieron la certificación final de la plataforma.
El objetivo de la formación era reforzar la capacidad técnica y estratégica de las ciudades firmantes del Pacto y otros gobiernos locales para hacer frente a los retos climáticos de la región, contribuyendo así a construir un futuro más sostenible y resiliente para toda la región latinoamericana. La iniciativa se dividió en tres ciclos, cada uno centrado en un instrumento del viaje climático de las ciudades:
- Inventarios de Gases de Efecto Invernadero (GEI): se presentaron los conceptos básicos, los pasos de la metodología del Protocolo Global de GEI a Escala Comunitaria (GPC), ejemplos prácticos del uso de herramientas, experiencias de gobiernos locales en la elaboración de inventarios de emisiones de GEI y estrategias para hacer frente a la crisis climática.
- Evaluación y Reducción de la Vulnerabilidad Climática (ARVC): el objetivo era desarrollar conceptos fundamentales para evaluar los riesgos climáticos y las vulnerabilidades, así como proporcionar herramientas que permitan a las ciudades diagnosticar sus territorios para reforzar la toma de decisiones y apoyar la resiliencia a través de la concienciación y el conocimiento.
- Planes de Acción Climática (PLAC): las ciudades aprendieron a elaborar planes de acción integrales que abordan tanto la mitigación como la adaptación al cambio climático, integrando medidas concretas y sostenibles en sus políticas y proyectos municipales.
La Academia en cifras
Hubo 380 participantes de 10 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Brasil fue el país con mayor número de ciudades participantes, con un 46,3% del total de municipios representados. En segundo y tercer lugar se situaron Argentina y Colombia, con un 14,7% y un 13,2% respectivamente. El resto de municipios se reparten entre Ecuador (10,5%); Chile (4,7%); Perú (3,9%); Paraguay (3,7%) y Venezuela (1,1%).
Dada la importancia de promover la igualdad de género en todas las etapas de la acción climática, es alentador observar que las mujeres fueron mayoría tanto en la búsqueda de formación como en la finalización del itinerario de aprendizaje, representando alrededor del 60% de las inscripciones y certificaciones, mientras que los hombres representaron el 40%.
Intercambio de experiencias entre ciudades
Durante los ciclos de formación, varias ciudades compartieron sus experiencias y buenas prácticas, enriqueciendo el aprendizaje colectivo y poniendo de relieve la diversidad de enfoques y soluciones climáticas en la región. En este sentido, la Academia contó con la contribución de las ciudades brasileñas de João Pessoa, Itabirito y Porto Alegre; así como de las ciudades colombianas de Bucaramanga y Villavicencio, Cuenca y Quito (Ecuador) y Buenos Aires y Rosario (Argentina). La dedicación y el trabajo dedicados a la planificación climática por estos municipios ha inspirado a sus homólogos.
Varias instituciones contribuyeron con la experiencia de sus ponentes, reforzando la calidad y relevancia de la formación a través de su compromiso y colaboración: Instituto Nosso Clima, CDP, la iniciativa Making Cities Resilient 2030 de UNDRR, WayCarbon, los Ministerios brasileños de Ciudades, Medio Ambiente y Cambio Climático y la Universidad Federal de Pernambuco. También cabe destacar el apoyo técnico prestado por ICLEI América del Sur, que atestigua su compromiso con el fortalecimiento de las capacidades climáticas en la región.
La clausura de la Academia de Planificación para la Acción Climática es un paso hacia una América Latina más sostenible, resiliente y comprometida. A medida que estas ciudades planifican y aplican medidas concretas y ambiciosas, refuerzan su papel de liderazgo, inspirando a otras comunidades de la región a unirse a la lucha contra el cambio climático.